jueves, 28 de julio de 2016

Sin bandera

He llevado la culpa como estandarte.
Me he definido por ella toda mi vida.
Y ha definido mi vida.
La culpa ha sido mi piel y mis ojos.
Ha sido mi verdad y mis pies.
Mi atea culpa me ha acompañado por mucho tiempo.

Ahora solo quedan girones de esa mi-alguna-vez-bandera.
La he prendido fuego.
La he mordido, la he meado.
Le he gritado hasta cansarme.
Me he quemado con ella.
Me he roto con ella.
Al arrancarla de mi piel, se ha llevado algunos de mis pedazos.

Y mis ojos empiezan a ver sin sus cataratas de vergüenza.
Y mis manos empiezan a hacer sin el peso del juicio.
Y mi lengua y mi concha piden sin medirse.
Y mi piel se reconstruye ahora con otras materias.