sábado, 4 de mayo de 2019

Descargo informal o haberle amado

Me gustaba cómo dibujaba.
Cómo iba cambiando de estilos
técnicas preferidas
y discursos.
Recuerdo un momento de amor
mientras ella pintaba con acuarela, un papel tapiz de lavandas
y yo la miraba, maravillada por tanta destreza.
Los pinceles se perdían entre sus dedos
esos palitos flacos y gáciles
-los pinceles y sus dedos-
Más tarde juntaba hojas de otoño
para estampar en papeles.
Miles y millones de papeles.
Me parecía que nunca descansaba.
Se iría transformando en seguridad y en confianza.
.
De aquel otoño funesto para mi
que encontró refugio en su casa
y en el frío de sus dedos,
que cocinaban cremas de naranja
e infinitos panqueques venganos,
mientras yo bien podía estar colgando la ropa,
en un buen día,
o remoloneando aún en la cama,
dejándome mimar y alimentar,
que al fin y al cabo son la misma cosa.
De aquel otoño -decía-
recuerdo el olor a yuyos
y cardamomo.
Los autorretratos.
La incursión en el texto,
aparentemente tímida,
siempre autorreferencial.
Ahora elle.
Y otra vez el cambio de soporte:
Libretas por doquier.
Con ventanas,
con espejos.
Todos los te quiero se pueden decir con una libreta.
Y el malestar con el cuerpo,
con las tetas.
'Bueno, a mi me gustan... dejame despedirme'
me pareció un juego.
Pasajero.
-Mal yo-
'Te banco'
Pensaba que podía acompañarle
a cualquier lado.
...
Luego otra vez,
como pasando por el surco formado años atrás.
Por otres.
Por mi.
Que de tanto andarlo ya no le crece nada.
La violencia.
Y mi incapacidad para ponerle límites.
Estaba sucediendo de nuevo.
...
Entre los planes de verano y el horizonte de tormenta, la primavera me trajo valentía,
autosuficiencia
y pocas pulgas.
Ya no alcanzó la seguridad.
Ni la admiración.
Empezaron a pesar la competencia,
la presión socavada,
el ahogo,
la exigencia,
la manipulación.
La culpa.
No sé...
una línea había sido cruzada;
una violencia,
establecida.
Y hubo un parate.
Repensemos.
Qué estamos haciendo.
Qué queremos.
Porque yo no quiero esto.
¿para qué querernos si no es para querernos?
Toda yo estoy expuesta,
sincera. Me cuesta ser sincera pero nos lo merecíamos.
-Yo te tengo superada -me respondió- estoy en otra.
-¿qué?
Finish him
-Ya no te quiero besar
You loose
¿cuándo esto se había vuelto -también- un juego, una competencia que ganar?
Me habían borrado el piso.
Como los recuerdos.
Como los momentos.
Ya no sabía con quién estaba hablando.
Esa inestabilidad
me deshizo.
...
Luego, otra vez,
se iría transformando en rencor y ese dolor crónico
que me cierra el pecho,
que de tanto andarlo ya no le crece nada.
Toda yo estoy expuesta,
deshecha,
sincera.
No lo tengo superado.
Pero ya no le quiero besar.

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